
En el año de 1926 vivió en la India una niña de nombre Shanti Davi. Tenia tres años. Esta niña sentía como si alguien se posesionara de su cuerpo. Comenzó a relatar a sus padres cosas realmente increíbles para su edad. Decía que tenía un esposo y tres hijos, los cuales la necesitaban. Los asustados padres la inquirieron sobre esto y con claridad Shanti dijo: ¨Yo me llamo Ludgi y vivo en la ciudad de Muttra con mi esposo de nombre Kederneth.
Están allí también nuestros tres hijos, mi casa es amarilla y tiene una pequeña huerta.¨ Los atónitos padres no daban crédito a lo que escuchaban y pensaban que de alguna forma alguien había contado a su hija esa fantástica historia. Sin embargo la niña insistía en que quería ir a la ciudad en donde se supone vivió en estado adulto. Ante el temor de que la niña estuviera enferma, fue llevada al medico. Este, con actitud escéptica trato el caso, pero él mismo, poco después, quedaba maravillado, ya que la niña le dio detalles de su muerte, que fue de parto. Para entonces, Shanti tenía cuatro años y el médico se convenció de que estaba ante un increíble caso. La niña decía que otra persona había tomado, al nacer. La locura fue descartada y la fantasía pronto también lo iba a ser.Shanti, a los siete años había sido vista por varios hombres de ciencia y todos estuvieron de acuerdo que no era un caso de enajenación mental, la niña sabía muchas cosas que solo una persona adulta que había vivido las experiencias en carne propia, puede contestar. El tío abuelo de Shanti, el profesor Kishen Chad, propuso una solución al problema. Con la esperanza puesta en él, los padres preguntaron la forma y la contestación fue: ¨Vamos a comprobar si todo cuanto ella dice es cierto.¨ de esa forma fue escrita una carta al supuesto esposo y con asombro, recibieron contestación de ella y este hombre asombrado de que en la carta le contaran tantas cosas sobre su familia, envió a un primo para averiguar sobre ello. Este, que sin advertencia alguna llegó a la casa de Shanti, fue reconocido por ella como el primo de su esposo. Kedernath se dispuso visitar a la niña y llevó a su hijo. Al verlos Shanti se colgó literalmente de ellos y agradeció a su esposo que le hubiera llevado a su hijo que tanto amaba. Asombrados y molestos, partieron de regreso, no sin antes dejar atrás a la niña que lloraba desconsoladamente.
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