
Uno de los más importantes misterios de la antigüedad es la existencia de un pueblo que ha mantenido durante siglos un conocimiento complejo sobre el universo, en especial de la existencia de la estrella sirio de donde supuestamente vendría una civilización altamente desarrollada que los contacto en el pasado.
El pueblo o Tribu Dogon habita en la republica de Malí, país africano situado en la frontera del Sahara con las sabanas de África Occidental, específicamente en la meseta de Bandiagara y los Montes Hondorí. Según una tradición oral, llegaron a Mali hace unos 600 años y construyeron las casas en los acantilados para protegerse de los ataques de las tribus que ya habitaban la región. Las zonas prácticamente incultivables alzan un sector rocoso donde llegan a vivir cerca de 450.000 dogones, cada familia tiene un cuidado único con el acercamiento de extranjeros puesto que generalmente no son aceptados. Para ellos, la vida tiene carácter sagrado, de modo que cualquier conflicto se soluciona en forma pacifica. El conocimiento de la cultura dogon ha sido llevado a pictogramas que se plasman en planchas, pero el mayor archivo los cultivan aún en forma oral, tratando de no tergiversar su historia y preocupándose de que esta sea la más pura posible.
Los Nommos
Según la tradición del pueblo Dogon, hace cerca de mil años llegó hasta la zona de la meseta de Youga Dogurou a plena luz del día una estrella muy brillante a la que llamaron “ie-pelu-tolo”: la estrella de la décima luna. Este objeto estaba cubierto por una luz muy rojiza que ellos relacionaron con la sangre. Luego de esta gran estrella salió una segunda que giraba sobre si misma, tenía gran tamaño y emitía un ruido ensordecedor. Lo curioso es que al llegar a tierra, esta estrella ya no tenía forma circular, si no que parecía una gran cesta o pirámide de base cuadrada, y en cada una de sus caras se abría una escalera de seis peldaños. Su color cambiaba de rojo a blanco brillante. La gente –según narran los dogones- salió corriendo ya que el aterrizaje de esa “arca” había generado mucho temor en ellos.
De ie-pelu-tolo habrían bajado ocho Nommos “di-tigi” que poseían cuerpo de pez, aunque algunas tradiciones mencionan algunas características de serpiente. Poseían 40 dientes muy afinados, lo que explica por que antiguamente los dogones se los afilaban. El contacto con estos seres que supuestamente eran sagrados, generó un acercamiento del pueblo dogon, con una gran cantidad de conocimiento del universo, el cuál hasta nuestros días no puede ser explicado de manera racional.
Estrella triple
Según la creencia los Nommos habían bajado a la Tierra para evangelizar al pueblo, ayudándolos y enseñándoles técnicas para cultivar la sabana, para pescar, además de preparar cerveza y hacer más simple el brote de frutos de los árboles. Sin embargo hay informaciones que presentan a los Nommos como asesinos y no como maestros de buena voluntad, incluso se cree que fueron cientos los dogones que perecieron por la maldad de esta raza que supuestamente venía del espacio. No obstante es importante tener presente que la narración oral siempre se va tergiversando mediante el paso del tiempo.
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